Al parecer lo que al principio fue considerado como un avión en llamas por los aldeanos peruanos cuando vieron caer al meteorito, se está convirtiendo en un verdadero problema para las autoridades de ese país.
Pese a haber acordonado el área del impacto y a la espera de los equipos técnicos que evaluarán el impacto, la censura no ha podido ser impuesta y ya los habitantes de la zona han empezado a emitir sus comentarios.
Claro está que existen dos versiones.
Algunos de los vecinos han señalado que desde que el objeto cayó en la zona se han denunciado epidemias de dolores de cabeza, nauseas, vómitos y diarreas.
Otro de los vecinos de la zona llego a señalar que desde el pasado fin de semana, se percibe un pequeño cambio climático.
Otros señalan que algunas personas han presentado tartamudez (yo lo atribuyo a otras razones), y los animales no han probado bocado desde ese día.
Sin embargo los científicos llegados a la zona señalan que se trata de un fenómeno inofensivo y los síntomas se deben a otra cosa.
La información de un enviado especial a la zona por un diario boliviano minimiza las consecuencias del impacto.La periodista señala luego de entrevistar a Maximiliano Trujillo, un dirigente de la zona, que después del impacto la gente ha presentado síntomas virales como nauseas, vómito y diarreas.
Debido al temor de los aldeanos, la policía decidió cercar el lugar restringiendo el paso; "solo podemos pasar nosotros (policías) por la radiación", le respondió uno de los gendarmes a la periodista cuando quiso llegar al lugar del impacto.
El hecho a transcendido al punto que un investigador del planetario de La Paz, Gonzalo Pereira declaró que luego de examinar un fragmento que le hicieron llegar de la roca espacial, que se trata de un simple meteorito sin ningún tipo de peligro.
Acotó " que el meteorito fue el quien se contaminó al entrar en contacto con la atmósfera terrestre".
La roca extraterrestre se precipitó a tierra el pasado sábado 15 a las 11:45 pm, dejando un cráter de 30 metros de ancho por 8 de profundidad, lleno de agua.
Trujillo señalo: “Se escuchaba como si algo dentro de la tierra girara, cuando me acerqué vi de lejos que salieron dos colores de humo: uno azul que se fue al cielo, y el otro era negro que el viento lo llevó hacia Bolivia. Duró más de 20 minutos, no se podía ver nada, todo estaba cubierto”.
Otro de los vecinos mostraba una piedra que destruyó su techo pese a vivir a más de 300 metros del lugar del impacto.