Esta una entretenida entrevista que tomé de
Microsiervos y a su vez fue tomada de
Las Últimas Noticias.
Quienes tuvimos la oportunidad de leer la biografía autorizada de Steve Jobs, podemos entender un poco entre líneas.
Por Ignacio Molina
Andy Grignon es un ingeniero informático que formó
parte del equipo que desarrolló el primer iPhone. En 1995, cuando
estudiaba en la University of Iowa, llegó a Apple como becario. Y ahí se
quedó más de 20 años. Su trabajo en la firma de la manzanita, donde
participó en la creación de diferentes aplicaciones, le valió que Steve
Jobs lo considerara para cocrear el teléfono que revolucionó las
comunicaciones.
En Apple participó en el desarrollo de QuickTime Conferencing y
QuickTime Streaming (prehistoria de la videoconferencia) y también de
Dashboard (software que reúne las miniaplicaciones de los Mac), además
de iChat y iSight (actual FaceTime).
¿Cuál fue tu participación en el desarrollo del primer iPhone, Andy?
Hice
varias cosas. La primera fueron investigaciones que nos llevaron a
crear ese teléfono. En Apple construimos varios prototipos que eran
exactamente lo que la gente esperaba en ese momento: la funcionalidad de
un teléfono ensamblado en un iPod. Y con un amigo desarrollamos ese
software que cambiaba un iPod de modo iPod a iPhone. La rueda de clic,
por ejemplo, cambiaba su función de reproducción y controlar el volumen a
la de marcar los números del 0 al 9 y el abecedario para SMS. Era un
sistema muy precario y sin pantalla táctil.
¿Cómo fueron esos años?
Estresantes: engordé 26
kilos. Aunque eso sólo fue un efecto secundario del ambiente de tensión
que creamos entre 2004 y 2007, que entre otras cosas me supuso un
divorcio. Steve Jobs era muy bueno en encontrar personas que estaban
dispuestas a dar literalmente el 110%.
¿Qué tal fue trabajar con Steve Jobs?
Steve era
un tipo complicado con el que trabajar. Guardo recuerdos dolorosos de
las veces que lo defraudé y se enojó. También tengo algunos buenos
momentos; aunque pocos, fueron increíbles. A veces se sorprendía con lo
que su equipo había logrado y entonces nos transmitía una gran
felicitación. Conseguir un pulgar arriba de Steve era genial; su
desaprobación, en cambio, era la guinda de un pastel ya miserable.
A tu ex jefe los acusaban de apropiarse de las ideas de otros…
La
mentalidad en Apple es que el pionero en construir algo no siempre es
quien lo construye mejor. Una vez que ven a alguien hacer algo
interesante, lo ponen en su radar. Si alguna vez inventamos productos
similares a otros, fue porque eran buenas ideas y nosotros teníamos los
recursos para llevarlas con éxito a la meta.
¿Y por qué entonces la batería del primer iPhone duraba tan poco?
Es
que no sabíamos lo que estábamos haciendo. El iPhone fue nuestra
primera entrada a un área de productos de los que no que sabíamos nada
desde el día cero. Crear un teléfono fue difícil. Normalmente, cuando se
hace una cosa nueva, se empieza con algo que ya funciona y luego se
hacen cambios. Nada en el iPhone existía antes: ni el chip ni el sistema
operativo. Que funcionara todo en conjunto fue casi un milagro. Si la
batería duraba 15 minutos o 15 horas era irrelevante: ¡el punto era que
el teléfono funcionaba!
¿Cuál ha sido el principal aporte de los smartphones?
Creo
que tener un computador en el bolsillo es la mayor contribución. Y
también el ambiente que crearon. Eso fue un resultado directo de los
usuarios. Ellos querían aplicaciones geniales y también servicios
públicos. Los desarrolladores se dieron cuenta y se abocaron a ello.
¿Pensaste qué los usuarios se harían tan dependientes de sus smartphones?
Si
nos hubieran dicho que iban a estar tan enganchados a sus teléfonos,
como nosotros durante el desarrollo, hubiéramos quedado impactados. Sólo
pensábamos que estábamos construyendo el próximo iPod. Honestamente no
estoy feliz, pero no es culpa del dispositivo. Pienso que como sociedad
hemos elegido que nuestros smartphones sean más importantes que la
persona que está sentada delante de nosotros. Me acuerdo de un almuerzo,
para el Día de la Madre, en que levanté la vista de mi iPhone y mis
hijos y ex esposa estaban inmersos en sus respectivos dispositivos. En
ese momento me sentí mal por haber tenido responsabilidad en aquello. No
era lo que yo quería para el futuro.
¿Cuál será la próxima revolución tecnológica?
Creo
que tendrá que ver con la realidad aumentada. En mi primera experiencia
pensé esto lo cambiará todo, sensación que había tenido antes con el
iPhone. Creo que, sin embargo, las personas no verán de un modo tan
obvio cómo la realidad aumentada cambiará sus vidas.