30 jul 2009

Audiolíbros en español

Durante mi estancia en EEUU a mediados de los años 90, descubrí que existían los llamados audiolíbros en casetes y las primeras versiones en CD de clásicos de la literatura sájona hasta lo últimos libros de Stephen King.

Sin embargo para esa fecha esa herramienta era desconocida para nuestra lengua a excepciones de varios experimentos realizados en España que llegaron discretamente a Venezuela.

Ahora y gracias a la iniciativa del maestro de las novelas, Arquimedes Rivero, se esta popularizando el audio libro en nuestro contienente con voces muy conocidas a nuestros oídos.

Raúl Amundaray me acompañó durante las largas horas de cola entre Caracas y Guarenas, mientras me relataba El Código Da Vinci. Karl Hoffman hizo lo mismo con fortaleza digita, también de Dan Brown.
Existe una buena cantidad de libros en ese formato con voces que ayudan a meterse en la trama además de acompañarte en las horas de cola del trabajo a tu casa.

Claro que también hay textos que con la ayuda de la tecnología y con voces robot, rápidamente han recalado en este segmento.

Yo disfruto de estos libros hasta en mi ipod mientras camino o hago espera.

Claro que no todo son relatos, también hay de autoayuda, PNL, dejar de fumar, etc entre otros. Pero te aseguro que al escuchar uno, te enviciarás tanto que pensaras que quieres llegar rápidamente a tu carro para adentrarte en el pesado tráfico.

La empresa que por lo menos yo se que en Venezuela maneja y comercializa audiolíbros es Fonolibros, donde en su página web hay una buena colección.

En los torrents no he vista casi ninguno en español. Pero de aquí a un tiempo cuando se popularicen más, seguro se inundarán las redes P2P de títulos en español.

Por los momentos yo preparo una versión con mi propia voz de Jurásic Park de Michael Crichton para ver sí la puedo dejar corriendo gratuitamente por la red.

En el libro Mientras Escribo de Stephen King, el se confiesa adicto a los audiolíbros, lo cual recomienda a todos aquellos que quieren ser algún día escritores, que siempre hay que leer, incluso si lo puedes hacer mientras manejas.