Cuando era chamo y los domingos nos llevaban a jugar al parque Los Caobos con toda la pandilla, no era raro ver cada 10 minutos ver pasar a uno de los carritos vendiendo los "cepillados industriales" que vendían las señoras y señores que andaban detrás de los carritos de La Escarcha.
En aquella época, los carritos eran cubos de metal, (me decían que eran aluminizados) donde en su interior guardaban potes con los más sabrosos cepillados que se vendían sin necesidad de ir a la entrada del parque.
Los que recuerdo ahorita son: Colita, Piña, Coco, limón, tamarindo y parchita. Mis favoritos despuès del colita, eran parchita y sobretodo el de tamarindo.
Venían en unos vasitos pláticos con una capita arriba de leche condensada que era servida desde una perita roja como las que usan los perrocalenteros para guardar la salsa de tomate.
Este lo vi a la salida de una tienda, muy estilizado, en fibra y con el tradicional hielo seco, guardando del calor inclemente los sabrosos cepillados.
La diferencia entre estos y los raspaos, era que el que hacía el raspao rallaba el hielo con una maquinita manual y después que lo recogía con un cucharón y metía el hielo "raspao" en un vasito de plástico, le echaba de las botellitas con dispensadores en los picos, el sabor y después le ponían su toque de leche condensada y su pitillito.
Hoy esos solo se ven en los pueblos.
Yo no deje pasar la oportunidad y pedí uno...