Segundo entierro que asisto en menos de dos meses y mis conclusiones:
Primero: No entiendo la presencia de un sacerdote a cada paso que se mueve la urna. (cuando lo sacan de la funeraria, cuando lo ponen en el carro, cuando lo meten en la tumba. Y hay que pagarlos). Creo que los dolientes, lo menos que están pendientes en esos momentos, es en la palabra del señor. (recomiendo a los $acerdote$ que asistan mejor a los novenarios si quieren colaborar con sus rezos y palabras). Al menos yo, cuando llegue mi hora, no quiero ningún tipo de vainas religiosas.
Segundo: El enterrar a alguien era un acto simbólico en la antigüedad, pero quedó como un vicio. Ya nadie va a visitar a sus muertos, a menos que sean los días para eso (dial del padre, madre, etc). Es una grosería ver el abandono de las tumbas en cementerios "privados". La gente debería pensar bien eso de la cremación y olvidarse de los condominios.
Yo quisiera urna cerrada y cremación. Eso de ver al muerto/muerta para decir, está igual, no me interesa.
Por último: LAS CORONAS. La corona más sencilla cuesta 9 mil bolívares (Un salario mínimo mensual). Otro símbolo "inútil" para los dolientes. Más bien, ese dinero se debería meter en un sobre con los nombres de las personas que expresan su dolor y entregarlo a los familiares que perdieron a su ser querido, que van a necesitar el dinero, más que una cinta con pega y escarcha y unas flores que se secan a los 3 días, si antes no son sustraídas.
Además, para muchas personas, el olor de las flores queda marcado en su memoria olfativa, como algo triste, cuando debería ser todo lo contrario.
En mi caso, preferiría la entrega del precio de una corona a mis familiares que seguro lo van a necesitar, que un grupo de flores. Además, siendo sincero, no me gustan.