14 ago 2007

Vivir como gestor si se puede (si trabajas)

El otro día cuando estaba sacando el RIF, mi esposa y yo nos levantamos a las 4 de la madrugada para salir corriendo a la sede principal del Seniat, donde dan 600 números para ser atendidos. Sobre eso comentaré después.

Bueno, en la cola (llegamos a las 5 am) eramos los números 115 y 116 respectivamente, un par de personas se juntaron a hablar. Sus descripciones me las voy a pasar por alto porque son muy características. Estas personas son gestores. Son esos trabajadores independientes que te hacen la cola y tramitan tus papeles y cobran por eso.

Pese a los esfuerzos de las autoridades, estos señores y señoras tienen su manera de vivir muy a la venezolana: Se levantan temprano como cualquier otra para hacer cola y que le den el número. Después de tener su número en la mano salen en busca de clientes para recolectar su paga diaria.

Pese a la guerra que le tienen, son muy hábiles para sacar los papeles requeridos y también son hábiles para convencer a quien se levanta tarde que les pague mientras ellos tramitan sus papeles. Además son personas amables con los funcionarios que tramitan los documentos, por eso también gozan de simpatía de los empleados gubernamentales.

Estos trámites tienen su costo, claro para cubrir los gastos de estos señores quienes tienen este duro trabajo y sus familias. Dependiendo de la necesidad y cara que tengas, el trámite del RIF va desde 40 a 80 mil bolívares.

Eso si, ellos siempre andan como unos cazadores acechando a sus posibles clientes, escuchando sus historias y ven sus caras cuando los posibles clientes ven aquellas largas colas.

La gestora y gestor venezolanos, son personajes que estuvieron a punto de desaparecer, sin embargo a ellos no los vino a defender el GreenPeace ni la WWF. Ellos mismos "evolucionaron" para seguir con su subsistencia. Sin embargo es una especie en peligro constante ya que los trámites gubernamentales cada vez son más automatizados, pero ellos siempre consiguen renacer como el ave fenix.

Su salarios aproximadamente van desde 500 mil bolívares mensuales en las temporadas bajas y cuando imponen nuevos controles o procedimientos, hasta 1 millón 200 mil bolívares promedio y si les va bien mucho más y todo libre de polvo y paja.

La otra cara de la moneda es que no gozan de bonos vacacionales, ni períodos de descanso, ni seguro social, ni LPH.
Son como la musaraña, que tienen que estar en constante búsqueda y movimiento porque sino no comen.