4 abr 2009

Cococrema, vaca vieja y Café Olé

Hace unos días cuando compraba unos dulces para mi hijo, me acordé de los caramelos que solíamos comer en aquellas tardes cuando veíamos El festival de los Robots, y me vinieron a la mente rápidamente tres protagonistas aunque hay más que también les voy a comentar.

Cococrema: Era un caramelo masticable que venía en una envoltura amarilla con blanca y letras rojas, su símbolo era una palmera verde y los caramelos estaban envueltos individualmente.
Una de las particularidades de el Cococrema era las virutas de coco que sentías en la boca cuando los masticabas además del peculiar sabor del coco.

VacaVieja: Otro de los clásicos caramelos masticables, su envoltorio era marron con con naranja y un poquito de amarillo ocre además de una vaquita regordeta sacando la lengua.
Este caramelo era también uno de mis favoritos cuando los sacabas del envoltorio individual y te los metias en la boca. Era una mecla de chocolate con leche que al principio debías masticar fuertemente hasta que despues se volvía como una especie de chiclet.

CaféOlé: De los que comía este era el que menos me gustaba. Tenía un pequeño toque o sabor a Café (por cierto no tomo café pero me gusta mucho el olor cuando lo están colando), era una especie de café con leche masticable, que por cierto era bien duro y otro más de los complices de mis visitas obligadas al dentista.

Chomp: Estos eran unos de mis favoritos cuando los conseguía. Venían en varios sabores como Cherry, Limón y Menta. eran los tipicos caramelos masticables pero su presentación era similar a una caja de Chiclets Adam´s.
En aquella época no sabía ni me daba la tarea de averiguarlo, sin embargo hace unos días un compañero de trabajo me dijo que eran de Colombia. Espero que cuando pise tierras neogranadinas (Bogotá), lo pueda conseguir aunque sea con la nueva presentación.

Caramelos Kraft: Eran los mejores, los más ricos y más dificiles de conseguir. En mi infancia solo los podía degustar cuando alguno de mis familiares viajaba a Margarita ya que en Caracas era dificil de conseguir. Su envoltorio era una bolsa amarilla transparente con los caramelos dentro. Cada envoltorio llevaba el sello de la fabrica y creo que venían en paquetes de 25 o 50 los cuales escondía muy guillado en mi cuarto para que no se los comieran ni mi hermana ni mi papá. Jejeje lo que no sabía era que ellos siempre extraían un par al día y por esa razón se me acababan rapidito. Hace unos meses en un viaje los conseguí y cuando lo comí me trajo muchos recuerdos, o como yo le digo sabores de la infancia.