13 nov 2007

Detrás de la ambulancia no es ir de último

Bueno es cierto aquí en el país hay un dicho sacado del hipismo. Ese dicho hace referencia a las carreras de caballos que eran transmitidas por Venezolana de Televisión y narradas por el príncipe Aly Kan a quien antes de cada carrera y previa interrupción de Reminton Steel le podías escuchar diciendo:

"Banco La Guaira, Su Activo respaldo, y gaceta hípica única e inimitable presenta, quinta carrera válida para el 5 y 6 de Valencia".


"Partida.... La largada ha sido mala para la yegua Pocoroto que quedó detrás de la ambulancia". Eso en cristiano o aquí en el país significa que quedó de uuuuuultimo y que detrás de el no viene nadie más. En las carreras hípicas normalmente después de los caballos va una ambulancia que en caso de caída de un jockey, se prestan a auxiliar.

Sin embargo hasta ese punto estamos bien, pero basta vivir en el país (es decir Venezuela), para darte cuenta que eso de ir detrás de la ambulancia es falso.

Todos los días desde Guarenas a Caracas (22 km aprox) se forman colas para entrar a la ciudad capital, pero hay personas INESCRUPULOSAS que usan las AMBULANCIAS PRIVADAS Y PUBLICAS como transporte, con sirenas y todo abriéndose paso. Son tres ambulancias diarias bueno 2 y una pseudoambulancia ( una Terios rotulada con el logo de Rescarven).

Sin embargo eso no es todo, la ambulancia mientras abre paso los oportunistas ven como sacarle el jugo a esa situación y se "pegan" detrás de la ambulancia aprovechando la situación. Es decir el que va detrás de la ambulancia llega primero que nosotros que hacemos nuestra cola... otra de la tácticas de los "vivos" venezolanos. Sin embargo tengo entendido que si uno de estos carros en un frenazo repentino choca con la ambulancia, ningún seguro se responsabiliza y le sale multa si están los funcionarios del Vivex en la zona.
Por eso es que digo que detrás de la ambulancia no es ir de último, quizás llegas de primero o quizás choques primero.

12 nov 2007

¿No estaban prohibidos los pirotecnicos?


Esa fue mi pregunta al ver esta mañana que los comerciantes informales de la Esquina El Chorro, tenían en el tarantin todo tipo de artilugios pirotecnicos y explosivos.

Lo más cómico fue que los compradores eran menores de edad, por lo que se trata un grave delito contra la LOPNA y las autoridades nada que ver.

Y no eran las "inofensivas" luces ni pirotécnicos que están permisados sino eran EXPLOSIVOS y lo más ironicos, los puestos están al lado de las ventas de comida que tienen un bombona de gas y fuego...

¿Esperaremos otra desgraciaigual al 18 de noviembre de 2002 o las autoridades van a actuar?

Churros de La Candelaria


Entre las esquinas de La Cruz de la Candelaria y Miguelacho, un local después del Pool de Los Primos en dirección a la Avenida Mexico, se encuentran dos inmigrantes españoles con baticas azul clara, la señora con un pañuelo amarrado en la cabeza y el señor con una cadena plateada que sobresale de su camisa casi transparente por el continuo uso.

El local no tiene nombre, solo se que se la pasa repleto de gente, bueno de la poca gente que puede entrar porque se trata de un local extremadamente pequeño, donde venden Chocolates y Churros.

El chocolate es preparado por la señora María Jesús en la cafetera Afimeca. Hierve el agua donde después de diluirá el secreto de la casa, un excelente chocolate caliente y bien espeso.


Mientras María Jesús preparaba el chocolate, Pepe le daba vueltas a la manilla que se encuentra a un lado del pistón que inyecta la masa que cae en el caldero negro donde hay aceite a una temperatura inimaginable.


Pepe con la ayuda de una larga vara también ennegrecida por la faena diaria, comienza a moldear los gruesos churros sin dejar de dar vueltas a la manilla del pistón. El caldero ya tiene una larga y ardiente espiral flotando. Pepe deja de bombear la mezcla y se dedica a darle vuelta hasta que quedan dorados. Los voltea con la ayuda de la vara y un viejo tridente de mango negro.


Una vez que el espiral está en su punto, sale del aceite hirviendo a un mostrador de vidrio de dos pisos. En el primer piso, el grande están solo el espiral que es cortado rápidamente por Pepe que esgrime en su mano una plateada y también ennegrecida tijera Singer de las más grandes.


En el segundo piso del mostrador hay cesticas azules con papel encerado donde son servidos los churros.


Cuando Pepe termina el corte y añade el azúcar con una gran frasco de vidrio, comienza la algarabía. Los niños que están sentados en los banquitos giratorios de la barra son empujados por los adultos que quieren saborear aunque sea un par de los sabrosos churros de La Candelaria.


Este no es uno de mis cuentos de ficción sino era la escena que veía los domingos o a veces los días de semana cuando mi mamá nos llevaba a el lugar de "los viejitos" a comer churros. El local creo que hoy en día es una venta de bisutería, pero hace unos años, era uno de los más famosos de La Candelaria. Alguno lo recuerda?

Monedas de chocolate y cigarrillos también


En estos días estaba con mi esposa haciendo unas compras serias (haciendo mercado pues), y en la sección de dulces y galletas vimos algo a ambos agarramos rápidamente.

Se trataba de una bolsa de moneditas de chocolate.

si esas que desde hace años no se ven porque las fabricaba Chocolates La India, nosotros nos volvimos a encontrar con ellas.

Esta moneditas están recubiertas por un delgado papel aluminio de color dorado, lo que da a pensar a primera impresión que se trata de una moneda de oro, pero el oro realmente viene al quitar la tapa, se trata de un exquisito chocolate de esos que mientras más duro o frío mejor.



Inmediatamente mi esposa luego de comprar las monedas me dijo si no recordaba los famosos cigarrillos de chocolate. Que eran similares a los reales de nicotina, hasta en el papel que los envolvía. Sin embargo no los disfruté mucho porque a mi papá no le gustaba.



También en esa onda, había un disco como los de vinillo que era de chocolate y supuestamente las leyendas urbanas de aquella época decían que si lo congelabas para que se pusiera lo suficientemente duro, lo ponías en el tocadiscos y sonaba. Nunca lo hice porque no me lo compraron.

9 nov 2007

La Cola de los parados

Es cierto y aunque parezca mentira a todos nuestros lectores foráneos, aquí en Venezuela existen dos tipos de colas para tomar el transporte público.
La cola normal o fila, que se inicia justamente donde se estima o espera que el transporte abra sus puertas y la segunda fila que es la cola de los parados o los que no usan asiento, están apurados y no les importa hacer el trayecto de pie con tal de llegar a su destino.
Ayer en la mañana me dirigía a mi trabajo cuando observé el particular evento de que la cola para montarse en el bus o camionetica como le decimos aquí, tenía una convergencia. Claro yo siempre he visto estas colas, pero ayer fue cuando pude observar tan extraño ritual.
Al llegar el transporte, el conductor abre las puertas, entonces el primero de la fila "normal" se monta y así sucesivamente hasta que se acaban todos los puestos o asientos. Entonces justo en ese momento, entran en acción los usuarios de las "cola e los paraos", terminando de llenar el pasillo de transporte.
Esta cola en oportunidades crea discordia porque pareciera que se tratara de una especie de VIP, (cola corta, corta espera). Porque los usuarios de las colas "normales" a veces tienen más de 30 minutos esperando y estos vienen y se montan, quitándole el derecho de marcharse.
En esos lugares no faltan los típicos tostoneros o cafeceros, personas con cestas o termos. El primero trata de mantener su bodega ambulante, lo más surtida posible y vender a precios hasta más del 50% de su costo original. Los cafeceros son personajes que andan con termos y vacitos de café en la mano, ofreciéndole a los "coleros" un sorbo de café al precio de barra.
Yo no tomo café (tomé mucho hace años), pero un amigo adicto al café no le importa ni el hecho que le diga, "sabes de donde sacaron el agua para hacer el café". Con un simple es agua hervida, se toma el primer sorbo.
Lo más odioso de estos sitios son los lugares de descanso de los choferes de transporte público que realmente se convierte en casi bare o taberna, diciendo groserías o chalequeando a algún personaje que se moleste rápidamente para luego reírse.
Y no podía faltar el VOCEADOR, que no bastando que las paradas siempre hay gentes, le gritan a los posibles pasajeros cual camioneta va para algún lado. Estos personajes en las paradas son los que llevan el control de las salidas. En las calles caraqueñas, muchos de ellos son indigentes o consumidores de piedra, aunque hay excepciones como en Bellas Artes.
Es muy particular esta anotación porque con ella empezamos a escribir sobre la idiosincrasia del venezolano, sus costumbres, nuevas tradiciones, etc.